“Dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para saber ver la diferencia.”

Semáforo triangular

En la película El jardín de la alegría de Nigel Cole.

“…
-¡Eh! -chistó sonoramente para llamar su atención y alzó el índice– No te confundas, ¿eh? –como era de esperar Gerard encajó aquí otra pausa enfática- Que yo soy rico porque lo he elegido yo.
Mantuvo el dedo en alto aún unos segundos más.
Adrian estalló.
-De entre todas las cosas que olvidas te recordaré dos: tu dinero es de tus padres y tú no has elegido nada.
La cosa siguió media hora más. Después de aquella tarde se verían con impostada normalidad tres o cuatro veces durante el verano y ya no volverían a encontrarse hasta ayer.
…”

En el cuento El fondo de los ojos de Anabella Lomas.

“Es cierto que la casa es el punto de referencia: puedes dar la vuelta al mundo y siempre vuelves al mismo sitio. Lo que no te dicen es que, a veces, en tu casa no pintas nada.”

La Capitana Jane Galeon en Diario de cualquier mar de Harold White.

“Cada uno es la gente con la que ha hecho cosas, sus testigos. Lo que uno hace no existe si no lo ha visto otro, si nadie lo recibe y lo puede recordar. Así sirve para algo, para el otro.”

Sobre la idea de comunidad en el artículo “No estar solo” de Florina Gatica Lara publicado por Revista Digital Universitaria.

“El amor, como la escritura, es un truco para no tener que aprender todo de nuevo cada vez.”

Cita atribuida a Phagmo Drupa, maestro espiritual tibetano del siglo XII.