Dejar de fumar, toda ayuda es poca

Dejar de fumar es una tarea dura, lo sabemos. Cualquier técnica de apoyo para lograrlo merece nuestra atención. Es por ello que apreciamos las sugerencias recibidas en torno al estudio del principal residuo de la adicción tabaquista: la colilla.

Cada persona apaga el cigarrillo según éste ha sido fumado: en función del disfrute que ha producido, de la saciedad producida, del entorno en el que se fuma…
El campo que se abre ante nosotros es asombroso, la Morfología de la Colilla refleja el acto mismo del fumar en toda su extensión y de su estudio detallado dependerá el éxito del noble propósito de abandonarlo.

“…
Vi muchos cristales, varios coches de policía y mujeres que lloraban gritando “¡Se ha ido por ahí!”, tengo dos teorías:
Número 1, han matado al hombre de cristal.
Y número 2, el cegato del pueblo se ha quedado sin gafas y corre sin control.
…”

Fragmento de la película El Cascarillion de Douglas Adams.
En la imagen, escultura de Dan Rothenfeld.

Después de haber padecido durante interminables años hambre y privaciones,
después de haber sido abandonado
por decenas de mujeres
que corrieron a los brazos del triunfador de turno,
después de haber soportado con paciencia de monje
paternales consejos,
amistosas palmadas,
suficientes sonrisas,
confidencias idiotas,
vagos aplausos corteses de los instalados
en mullidos sillones,
después de haberme visto arrastrado a oficiar de bufón en sus fiestas,
de ingenioso en sus bailes,
de profeta en su tierra,
después de haber sido repetidas veces
humillado por mediocres,
vejado por cretinos,
ignorado por insignificantes,
pisado por tramposos,
postergado por quienes, en el mejor de los casos,
os lo juro, valían
menos que yo,
después de, en fin, haber fracasado en todo con estrépito,
he decidido por decreto ley,
solemnemente,
proclamar sin pudor QUE SOY UN GENIO
Y QUE LA HUMANIDAD NO ME COMPRENDE.

Joaquín Sabina

En la imagen, Hombre que anda a trancos de Alberto Giacometti.

La lejía solidaria

En contraste con las lejías habituales la lejía solidaria es tolerante con las diferencias entre las prendas. Nunca intentaría uniformizarlas imperialistamente blanqueándolas por un igual, ya que eso no respetaría sus orígenes textiles ni sus pequeños dramas individuales.
Esta es nuestra lejía porque sabe que todas las prendas son iguales y distintas al mismo tiempo, y lo acepta.

“Nuestras virtudes nos hacen diferentes, pero respecto a los vicios todos somos iguales. No olvidemos que los pecados capitales son solamente siete.”

Declaración de principios de Andrew Jackson en El tigre bajo el sol de Jevetta Adams, comentando El manantial de Ayn Rand (inspirado en la vida del arquitecto Frank Lloyd Wright).
Ilustración de Lorenzo Goñi.