«La libertad debe revalidarse día tras día, y la democracia es demasiado humana como para no ser frágil.»

Del cómic La primavera de los árabes, escrito por Jean-Pierre Filiu y dibujado por Cyrille Pomès.
En la imagen, el poeta y periodista disidente Hamza Kashgari en una de las viñetas de este cómic.

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Habló sobre los nazis y la guerra, y entonces expuso la alarmante teoría de que la admiración de Hitler por Estados Unidos le inspiró para usar la historia americana como modelo para su conquista de Europa. Observa los paralelismos, dijo Born, y verás que no está tan traído por los pelos como piensas: el exterminio de los indios se transforma en el exterminio de los judíos; la expansión hacia el Oeste para explotar los recursos naturales se transforma en una expansión hacia el Este con el mismo propósito; la esclavización de los negros para lograr mano de obra barata se transforma en la subyugación de los eslavos para producir el mismo resultado. Larga vida a América, Adam, dijo, vertiendo otro trago de cognac en nuestros vasos. Larga vida a la oscuridad dentro de nosotros.
…»

Traducción libre de una de las teorías de Rudolf Born en Invisible de Paul Auster.

«Es perfectamente posible recorrer todo el camino entre los extremos dañinos de una misma virtud en el transcurso de un día cualquiera. Y aún así, no renunciar a buscar ese punto medio virtuoso y esquivo.
Lo mejor sería relajarse y tratar de buscar el punto de equilibrio, esté o no en la mitad.»

La sabiduría de Ruy Gallardo en Historia de un día normal.

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Sólo en el arte culto, adulto, posterior, el código importa más que el mensaje. El adulto hace un cuatro cuando tiene que contar cuatro. El niño, en su cuatro, pone el alma y la vida. Se lo juega todo en cada cuatro, como el hombre primitivo en cada ciervo.
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Reflexiones de Francisco Umbral en Mortal y rosa.

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Ahora, acostado boca arriba, con las manos cruzadas bajo la cabeza, don José mira al techo y le pregunta, Qué podré hacer a partir de aquí, y el techo le responde, Nada (…) no me gustaría estar en tu piel si un día una de éstos te sorprenden en flagrante, No puedes estar en mi piel, no eres más que un techo de estuco, Sí, aunque lo que estás viendo de mí también es una piel, además, la piel es todo cuanto queremos que los otros vean, debajo de ella ni nosotros mismos conseguimos saber quiénes somos (…) la sabiduría de los techos es infinita, Si eres un techo sabio, dame una idea, Sigue mirándome, a veces da resultado.
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Don José y su techo en Todos los nombres de José Saramago.