“…
Llegué poco antes de la hora convenida a la biblioteca pública, me dirigí hacia el mostrador, sabía que cualquier vacilación mostraría mi inexperiencia como enlace y no titubeé:
-Soy la hermana de Merrill, vengo a por la pistola. McKenna está al corriente.
Los ojos de la mujer me atravesaron como rayos X y se levantó con gesto decidido:
-Sígueme, está aquí.
Abandonó con total discreción su puesto frente al que varias personas continuaban haciendo cola ordenadamente.
Me condujo por un pasillo silencioso, mientras caminaba estiró de un colgante de su cuello que terminaba con la llave con la que abrió la puerta del almacén. Allí estaba el paquete, me lo entregó. En ese justo instante mi vida anterior se cerró con un portazo.
…”

Fragmento de El sendero del caracol, obra escrita conjuntamente por varios autores.

El despertador, ¿amigo o enemigo?

Nuestros despertadores nos despiertan, bien, pero no nos ayudan a llegar a la hora prevista a nuestros quehaceres, ¿qué tal si pensamos en que todos los despertadores estén controlados por satélite y que distribuyan el tiempo y las personas en función del tráfico y los demás factores que nos afectan para poder llegar a tiempo?

Les presentamos el Terminal Sincrotrans, en él habremos configurado el lugar adonde vamos, el tiempo que tardamos en estar listos, el medio de transporte que usaremos… Y el despertador sonará a la hora necesaria para que todos lleguemos a nuestro destino. El ordenador central que dirige el Sistema Sincrotrans tendrá en cuenta que no deberán coincidir en el mismo medio de transporte más personas de las que éste pueda absorber y nos distribuirá en consecuencia.
También deberemos configurar, en nuestro terminal, nuestro índice de tolerancia al desastre. Se priorizará la distribución de personas con baja tolerancia al desastre ya que pueden distorsionar los desplazamientos de los demás usuarios y minar el objetivo último de este dispositivo: la armonía universal.

En algunas ocasiones es necesario comprobar la gravedad del caso. Una vez hayamos detectado que el sujeto es de tipo 3 [se cree muy listo], hemos de medir el alcance de su temperamento y debemos proceder de esta manera: Preguntémosle si le gustaría hablar consigo mismo. La intensidad de una respuesta afirmativa será proporcional a la gravedad del caso. El sujeto puede incluso haber pensado en dispositivos para lograr su deseo. H.M.M. (mujer, 30 años, Burgos) reconoció haber barajado la idea de hacer un programa de radio en el que se grababa haciendo una serie de preguntas para luego responderse.
…”

En Las calañas y las calañas de Ramón Jurado-Poch.