«Manuel se sintió de pronto mejorado (quizás curado) de una enfermedad crónica, una enfermedad sin nombre que él mismo nunca había llamado enfermedad, sino sencillamente ‘mi manera de vivir’.»

En «Sugar-daddy», uno de los Cinco relatos sobre la falta de sustancia, de Álvaro Pombo.

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Para aceptar la propia muerte es necesario aprender a desaparecer, a pasar cada vez más desapercibido, a estar más ausente. Sin embargo, la cultura occidental y competitiva nos induce a hacer mucho ruido, generar muchos rastros materiales que nos lastran, nos impiden aprender a alejarnos de nuestro cuerpo. (…) Quizás sea otro asunto distinto el de dejar un legado, tratar de trascender, ese es un asunto que atañe a la mente y al espíritu.
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Desaparecer

Aprender a desaparecer del Colectivo Magma Tau.
En la imagen, I will disappear and you will never find me again de Federica Masini.

«Ha llegado el momento de decidir si aceptas que el mundo se acaba ya o no, si aceptas que vas a ver el fin del mundo en tu generación. Si optas por el no, tenemos mucho por hacer.»

Irwin Premier Cochrane, intelectual y activista medioambiental.

«¿Interesa mantener un mundo así, bipolar, en donde gracias a que unos se mueren de hambre en sus países hay otro medio mundo que vive bien o es que sencillamente son imbéciles quienes gobiernan y no entienden que no hay nada más rentable que la vida?»

El periodista Isaías Lafuente en una charla radiofónica con José Pablo Baraybar, un forense peruano que trata de poner nombre a los inmigrantes muertos en el Mediterráneo.

«Hay alguien que ha llamado a la nuestra, así como se habla de la Cultura de la Piedra, de la Cultura del Bronce o de la Edad del Bronce, de la Cultura del Hierro… hay alguien que ha llamado a nosotros, a esta a la nuestra, la Cultura de la Basura: la Cultura de los Desperdicios. Verdaderamente, es muy posible que este poco poético denominador de nuestra era actual haya acertado, porque hay quien más optimista nos llama la Época del Átomo, la Época del Automóvil, la Época del Petróleo… Pero ciertamente, lo que más nos diferencia de todas las otras Épocas, de todas las otras Culturas, lo que más preocupa y lo que verdaderamente más puede transformar radicalmente la posición de la Humanidad en el presente es la basura. Basura no solamente en forma de coches viejos que se hacinan y se amontonan en los cementerios. Basura no solamente en forma de bolsas de plásticos y de esos famosos envases sin retorno que van a llenar España y el mundo entero. Basura en forma de venenos disueltos en propia sangre de los seres vivos que se van acumulando en nuestras vísceras. Basura en forma de toda clase de sustancias químicas sin las cuales ya no podemos vivir, incluido el alcohol y otros estimulantes. No cabe la menor duda de que la nuestra puede muy bien llamarse la Civilización de la Basura.»

Diagnóstico de Félix Rodríguez de la Fuente.

«Los psicólogos, los odontólogos y los lampistas tienden a empezar sus actuaciones de la misma manera: diciendo » ‘¿¡Quién te ha hecho esto!? Aquí lo primero, sanear.'»

Sorprendente comparación de un experto en terapias alternativas en un programa de radio.