Juego contigo
a escribir algún haiku
que te haga reír.

Distintas horas
cuentan vidas, lugares
a los que volver.

Suele pasar que
no se pierde en vano,
tan sólo pasa…

Cualquier momento,
si no te tengo cerca,
no significa.

H.G. y Marnie Braddock

«…
– Claro, me fío de los que llevan una bata blanca.
– Está muy bien eso, y ¿te fías también de los que se las venden?
…»

Jean-Pierre y Mike, cocineros del Seven Oaks General Hospital, donde transcurre la película Después de las comidas de Jean-Claude Lord.

Señoras y señores, tenemos el gusto de presentarles a la brujita Yessenia, que solo acepta trabajos rebeldes, difíciles o complicados (ella conoce la diferencia entre lo difícil y lo complicado, ahí es nada):

También al competente Maestro Mou, que protege enemigos, no sabemos por qué:

Aquí tenemos a Tadu, que solo necesita nombre completo y fechas de nacimiento para hacernos ver algo sorprendente, ¿qué será?:

Y no podía falta el número 1, según él, claro, el Profesor Ibrahima:

Y además, los aparentes álter ego del Maestro Ablae, que ya nos había visitado en dos ocasiones (la primera y la segunda). No quisiéramos pensar que el Maestro Ablae haya sido sustituido, ni que le haya pasado algo, seguro que él mismo sabe protegerse de todo mal. ¿Qué está ocurriendo? ¿franquicia? ¿reciclaje?

Montes huelen a vino
junto a él un mar verde,
viento atronador.

Las gaviotas planean,
las nubes inmóviles,
espuma blanca.

Luces blancas alumbran
torres de vidrio verde,
se ven en rojo.

Atardecer en Collioure,
mar hermoso y revuelto,
puerta que cruje.

Las sinfonías del mar,
el pueblo sobre roca,
bandera al viento.

H.G. y Marnie Braddock