«El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio.”

Vista de gran angular de una ciudad

Párrafo final de Las ciudades invisibles de Italo Calvino.

«La primera fuerza, irresistible, irremediable e irrefutable, es la gravedad; la segunda, la curiosidad.»

Alexander Calder, escultor estadounidense, especialmente conocido por sus esculturas móviles.
En la imagen, Big red, obra de Calder.

Señoras y señores, con todos ustedes, Samanta, «Sacerdotiza reencarnada»:

Merece especial atención el último texto, en el que, cual lampista, está dispuesta a arreglar las chapuzas de otros. Samanta hace lo imposible.

Agradecimientos: Joan Babot.

Un tenedor para Juanito

En los comedores de lo colegios los niños deben colaborar para poner la mesa y recogerla. Y precisamente en ésas estaba una de las niñas:
– ¡Señu, dame un tenedor para Juanito!- A una las monitoras.
– Y Juanito, ¿no tiene piernas?
– Sí, piernas sí que tiene, lo que no tiene es tenedor.