Más peligro que un gato con bolsillos

«…
Gina – ¡Perdona!… (tratando de llamar la atención del camarero que le ningunea por décima vez) Perdona… (De nuevo sin éxito ante la mirada socarrona de Oliver)
Oliver – No solo no te perdona, de hecho ¡parece que te culpa!
…»

Escena del cortometraje Toda la chicha.

Creer que de lo peor de uno puede salir algo que los demás no sepan y, además, estar convencido de que necesitan saberlo.

«…
Los que sacan partido, sanamente, a hablar solos, lo cuentan. Desconfíe de quienes no lo reconozcan abiertamente.
(…)
Algunas personas que hablan solas piensan y luego verbalizan, incluso teatralizan. Esto implica un cierto devenir interno, una metaconciencia, quizás incluso patológica. En este punto es habitual que el que habla solo, use un álter ego que le sirva de punto de referencia o de confesor. Este álter ego le ayuda a sopesar su propia reflexión y confirmar si sus conclusiones son acertadas. Las personas que no hablan solas abordan estos asuntos de otras formas.
(…)
En caso de ser bilingüe y tener tendencia a hablar sin pensar es bueno hablar prioritariamente en la que se hable menos, para evitar el modo piloto automático.
(…)
Para que un álter ego funcione y cumpla su cometido, el que interpela es el de fuera. No es bueno teatralizar la propia opinión ya que si el objetivo es dejar de hablar solo, será más fácil hacer desaparecer al de fuera.
…»

Algunos fragmentos de Instrucciones para hablar solos, obra conjunta de varios psicólogos.
«¿Que cuándo se acaba esto? Cuando tú cambies o a mí se me olvide, lo que pase antes.»

Sentencia de Alina, la protagonista de La importancia relativa del aire, obra del ya extinto colectivo Favalous.
«El tenis en ese aspecto es el bingo de los pijos, también hay quien va por ir. Pero todos gritan cuando se permite, luego callan y caen en un momento hipnótico.»

Una de las controvertidas opiniones de Roque Donato en El pan sube un duro de Caroline Dumont.