12 comentarios en «Hagan su vida, señores. Es el no va más…»

  1. Muy agudo, pero no me gusta que haya que confiarle al azar como irán las cosas en la vida. Si tienes un golpe de suerte, aprovéchalo, pero cuidado con la suerte, puede golpearte de tal manera, que incluso puedes perder el sentido.

  2. Daemonia: muy buena apreciación, la suerte es, a veces, una desalmada.

    Pili: ahí está la cosa, cada uno la suya que ya supone suficiente esfuerzo.

    Antonio: ojalá pudiera yo regalar suerte, sólo puedo desearla. En cualquier caso, no sé si hacerse la propia vida es cuestión de suerte… yo confío más en las causalidades que en las casualidades.

  3. Las casualidades también hay que saberlas ver. Incluso hay que tener un poco de suerte para no estar mirando hacia otro lado. De todos modos, no abusemos de la suerte, que puede cambiar la casualidad en fatalidad.

  4. Tierralandia,
    Yo también creo más en las causalidades que en las casualidades. Hoy iba en coche a visitar a un familiar y, esperando en un semáforo, se me ha roto el cable del embrague del coche. Yo estaba parado. ¿Es una causalidad o una casualidad? Además, ha sido una cosa extraña: nunca antes me había ocurrido y mira que llevo años conduciendo. Juego a la lotería todas las semanas y nunca, casi, me toca nada. ¿Es casual o a causa de que tengo próximo algún gafe?

    A pesar de todo, yo «seguiré haciendo mi vida» para ver qué pasa.

    Un abrazo, y buenas noches

  5. Como el juego de la vida nunca entendió de ciencias puras, la verdad emerge de la combinación de causalidad y de casualidad, de matemática y azar. Lo uno sin lo otro es un desatino, así como la razón sin pasión y viceversa. Dos caras de la misma moneda, qué lejos de ser antagónicas se complementan para dar forma a un único objeto.

  6. Para que me toque la lotería tengo que tener la voluntad de jugar, la decisión de comprar un boleto y, a la vez, la suerte de que salgan los numeritos correctos.

  7. No me diga eso, que me parte el corazón. Sabe usted de sobra que solamente mi mala memoria o causas de fuerza mayor pueden alejarme de ese gran placer que es departir con usted. Le deseo un feliz paréntesis veneciano y le conmino a una cita el mismo día de su retorno. Salud

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