Experiencia cercana a la heroicidad

“…
Por alguna extraña razón pretendía llegar a tiempo a la reunión. Ya pasaban varios minutos de las 10 y, además, ni siquiera tenía claro qué debía decir. Sin embargo, aceleró el paso. Las explicaciones -que su jefa, por supuesto, no iba a comprender- no podían esperar.
De pronto sintió un leve choque en la pierna derecha, por encima de la rodilla. Primero pensó que se trataba de abeja o algún otro estúpido insecto, pero un sonido metálico en el suelo justo después del impacto pulverizó esta hipótesis. Se detuvo, buscó por el suelo el objeto misterioso y vio con asombro que el objeto que aún rodaba por el suelo junto a sus pies era nada menos que UNA BALA.
Tras comprobar que su pierna continuaba en perfecto estado de revista, le aterró la idea de que alguien hubiera podido disparar contra él y empezó a girar sobre sí mismo escrutando las ventanas de los edificios circundantes. La más aplastante lógica le hizo ver que él, un chupatintas insignificante, no podía representar una amenaza para nadie y debía tratarse de un azar. Pero, siguiendo la única opción que conseguía considerar: ¿A qué distancia se tiene que disparar una bala para que rebote en una persona sin causarle daño alguno? Pronto su mente se proyectó hacia lo inverosímil: “¿Es que puedo parar las balas?”.
…”

«El gran Fali Moreno» en Superhéroes de rojo celofán, recopilación de cuentos del Colectivo Cineflux.

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