El trapo independiente

Tras muchos siglos de historia son innumerables los trapos que han sufrido su martirio para librarnos de la suciedad. Nunca puede estar todo limpio a la vez, siempre queda el trapo sucio que alberga en sus fibras los restos de la vorágine, hasta el día en el que, sin piedad, es sustituido por otro que correrá su misma suerte.
Ni un solo trapo más debe sacrificarse para librarnos de la suciedad. El trapo independiente ahuyenta la suciedad y cuida de su propia integridad. No necesitamos mártires, sólo un trapo que crea en su labor, y sin buscar protagonismo, trabaje en feliz concierto con el resto de aperos de limpieza en pos de la armonía doméstica.

La lejía solidaria

En contraste con las lejías habituales la lejía solidaria es tolerante con las diferencias entre las prendas. Nunca intentaría uniformizarlas imperialistamente blanqueándolas por un igual, ya que eso no respetaría sus orígenes textiles ni sus pequeños dramas individuales.
Esta es nuestra lejía porque sabe que todas las prendas son iguales y distintas al mismo tiempo, y lo acepta.